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  • Jos Carpio

Mariposas en su cama

Estoy en el séptimo cielo y donde sea que sea más allá; seguro en algún lugar donde el lado áspero de sus manos se junta con el lado áspero de las mías. Pero si tengo que ser sincera y confesar ciertos miedos y excesos de confianza, no lo vi venir. Para nada. Para nada y, en tonos de ironía, como todo lo que siempre me ha sucedido. Pues bueno, ahora solo quiero hablarle a todos sobre él, sobre esa noche, sobre lo que dijo...sobre mí.


Algo me dice, no sé si quiero creer, que las calles del centro empezarán a tener su nombre dentro de muy poco, aun cuando, ojo acá, no hay declaratoria firmada ni angustia reprimida. Por mi parte, no lo sé. Lo único que puedo decir es que llevo ya unas cuantas noches dándole vueltas a ese día.


Y creo que quiero que sea así

¿Realmente quiero que sea así?

Capaz sean solo las ganas enfebrecidas por sentir algo. Échale la culpa a la soledad. O capaz realmente pasó algo entre los dos, que hasta ahora no queda muy claro, porque si fue así, estoy casi segura de que era sumamente imperceptible para los demás. Que era una radiación de tensiones estelares sucediendo en el pequeño espacio que había entre su cabeza y la mía.


Y yo no sé,

no sé,

si realmente quiero que sea así.


Pasa que cuando pienso en lo que fue antes, me voy hacia los años de la camioneta dorada y de los aviones verde-morados que me han dolido tanto en tan corta vida. Porque resulta que a ellos me subí de improviso y por culpa de una curiosidad que me ha llevado a no sé cuántos lugares donde pensé que nunca estaría, pero que al final me llenaron de bronca. De bronca, de alegría, de amor, y de bronca otra vez. Entonces, muy en el fondo, se me ha quedado esa terrible osadía por irse que tienen las personas cuando más enamoradas están.

Yo no me voy...creeeo.


Aunque ahora sí quiero.


Ahora me veo inquieta, queriendo saltar de este avión del que quiero escapar hace años, y me lanzo sin pensarlo del carro que, aún consciente y sabiendo que estaba mal, me provocó. Y pienso en S; en la S de "Sé que estará bien". Y me siento ebria de ganas y egoísmo y, otra vez, de pura curiosidad.


¿Realmente quiero que sea así?

De nuevo lo digo: tengo nauseas, no dormí anoche. En el 2015, cuando entre broma y broma, la ilusión se me coló y empecé, creo yo, a enamorarme por primera vez, tampoco lo hice. Y esto parece más obra de la resistencia que de otra cosa, porque donde se come no se caga, ¿cierto? Qué va....Parece que el escupitajo está regresando a embarrarme la cara de mis propios "yo nunca haría esto". Puede también que luego de escribirlo tanto, ya haya defogado y termine olvidándome de él. Y que en realidad no haya sentido nada más que la ilusión de salir con alguien por un par de horas.


Pero esos ojos...


Me siento enferma...


Me resisto.


Me rehuso.


¿Será intenso o será en vano?


Por lo pronto, quiero ir a casa,

o a su casa,

y vomitar

vomitar

mariposas en su cama.

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